La quinta es muy bonita y en un sitio precioso, la decoración del apartamento muy cuidada,pero el nuestro no tenia mesa para comer dentro de el,sólo un pequeñisimo mostrador con dos taburetes tan altos como el mostrador o un poco más y además no podías meter las piernas en ningún rinconcito, tenias que comer de costado y a distancia por la altura de los taburetes.
Un problema fue que llevábamos un perrito y salio de la Quinta con pulgas creemos que pude ser por los gatos que tenían por el jardín y que desde que llegamos no nos abandonaron e incluso no podíamos tener las ventanas abiertas pues se nos metían dentro.