Cuartos en la nueva sección del hotel están muy mal
diseñados. Casi no hay armario. La ducha está encima de la bañera y no hay donde poner las maletas. La TV no tiene canales extranjeros - ni de noticias. Inedito!
Y por si faltaran quejas, los jardineros se ponen a encender los sopladeros de hojas a la 9 de la mañana justo afuera de los cuartos y no paran hasta la hora de comer. Como si no existieran los clientes! Y eso que los precios son de grande metropolis. Menos mal que el restaurante sigue siendo bueno. Volveremos a comer, pero no a dormir.