El hostal (NO es un hotel) es muy céntrico, así que ruidos de todo tipo todo el día, incluso de madrugada. Las paredes son de papel y oyes todo lo que habla todo el mundo, te tocan unos viejos garrulos al lado como a mí y no pegas ojo; cuando alguien tira de la cadena se escucha por toda la habitación. El plato de ducha es muy pequeño y demasiado alto, yo que soy alta, no pude ducharme pues no cabía.