Las instalaciones del hotel son, en general, agradables y la comida es de buena calidad. Sin embargo, nuestra experiencia se vio afectada por varios inconvenientes. Durante nuestra estancia, pasamos un día completo sin agua en todo el hotel, lo que nos impidió ducharnos adecuadamente. Al día siguiente, aunque el suministro de agua se restableció, no había agua caliente disponible.
Además, al tercer día nos encontramos con que no había toallas limpias en las áreas de la piscina y la playa. La atención del personal dejó mucho que desear; su amabilidad y disposición para ayudar fueron extremadamente deficientes. De los seis días que estuvimos, solo pudimos cenar en dos de los restaurantes, ya que estaban completamente reservados, lo que nos obligó a recurrir al buffet para las comidas.
Por último, aunque la piscina es visualmente atractiva, el agua se veía turbia y poco limpia, lo que nos hizo dudar en usarla. En resumen, aunque el hotel tiene potencial, la falta de atención al cliente y los problemas de mantenimiento afectaron negativamente nuestra experiencia.
En definitiva no volvería a este hotel y posiblemente a Curaçao tampoco, en general los sitios a donde fuimos fuera del hotel había mala atención. No entendemos como una isla que vive de turismo pueden atender tan mal.