Nada más entrar en ese Palacio, solo tienes sonrisas y muy buena energía. Sus instalaciones son muy buenas. Las cortesías excelentes sobre todo las trufas que te dejan por la tarde noche en la habitación. Víctor Miranda Manager del hotel es un CRACK, tanto en el trato como a la hora de solucionar imprevistos. Sandro, Inés y todo el personal son personas muy agradables y te hacen sentir como en casa.