El Hotel San Miguel en Santiago está excelentemente ubicado, lo que lo hace muy conveniente para quienes terminan el Camino de Santiago. Sus habitaciones son muy bonitas y cómodas, y me encantó el balcón con una pequeña mesa, perfecto para relajarse. El servicio es atento y te hacen sentir bienvenido desde el primer momento. Después de una jornada larga y exigente, fue especialmente reconfortante poder disfrutar de la tina en la habitación. Sin duda, una excelente opción para descansar tras el Camino.