La propiedad cumple con la necesidad del viajero que es descanso. El estacionamiento es un poco complicado pero siempre tuve donde estacionarme. Las instalaciones son antiguas y a primera vista parece una vecindad, luego caes en cuenta que es una casona antigua con el patio trasero habilitado como estacionamiento. Es curioso el ambiente. Las habitaciones son básicas pero confortables. El agua caliente tardaba un poco en salir pero siempre hubo.
Hay café y agua siempre disponibles en una sala junto a recepción. El personal fue muy amable en todo momento. Mini super a menos de 100 metros, algo muy conveniente.