El trato de los propietarios, en especial Jamal, fue espectacular. El desayuno muy variado y abundante y sobre todo casero. La habitación muy espaciosa acogedora. El baño quizás algo pequeño, pero funcional y limpio y completamente equipado. Nos esperaron hasta la madrugada para la entrada con un té de bienvenida, todo un detalle por las horas. Wifi rápido y con buena cobertura. Si queréis, os pueden servir el desayuno en la terraza disfrutando de vistas a todo la Medina.