El alojamiento esta en un enclave natural, precioso, cerca de un río y muy cerca de Aínsa. La comunicación con el alojamiento fue genial. Tuvimos la suerte de el primer día estar solos y pudimos descubrir todos los rincones de Casas Pirineo. Sin duda volveremos. El apartamento era muy espacioso, cómodo y tenía todo lo que podíamos necesitar.