El establecimiento ha cambiado de propietarios, cuando llegué estaban todavía de obras en algunas áreas. La primera noche estuve bastante preocupado porque se les acabaron las llaves del piso pero siguieron ofrecieron camas, y para que pudieran tener acceso estos últimos dejaron la puerta del piso abierta toda la noche. Las habitaciones tampoco tenían llave, de modo que cualquiera que entrara al edificio tenía acceso a todas las habitaciones. Había cámara de seguridad pero apagaron la luz de la entrada. Salí de fiesta con amigos, pero no me fui nada tranquilo. El último día tenía mi vuelo a las 20 h. pero el hostel no tenía sitio para guardarme la maleta, así que estuve todo el día con la maleta dando vueltas. Sí que quiero agradecer que tenía otra reserva de una noche la semana anterior y que, como todavía estaba cerrado por obras y no me habían avisado, llamé por teléfono y me ofrecieron un pequeño apartamento muy cerca para pasar la noche.