Estupenda estancia de cinco días en Ramales de la Victoria gracias a la autonomía y comodidad que nos brindó el Hotel Asón, un hotelito urbano perfectamente adaptado a las necesidades del cliente en la población. Céntrico, funcional, cómodo, sorprendentemente limpio, con un buen desayuno no muy variado pero con la mejor calidad de fruta que jamás había visto antes y un personal que lo atiende formado por cuatro chicas amabilísimo en grado sumo: ¿qué más se puede pedir? Volveremos, sin duda ninguna.