Llegué en autobús a Ponferrada y fui caminando desde la estación. Al llegar, la puerta estaba cerrada pero llamé por teléfono y bajaron pronto a atenderme. Me alojé en la segunda planta y no hay ascensor pero fueron pocos tramos de escaleras. Me explicaron el funcionamiento de la cocina y me ofrecieron dos baños, ya que no lo hay en la habitación. Me dieron la llave y se adaptaron a mi horario para desayunar los días siguientes