Las habitaciones son enormes, súper bien equipadas, todo muy limpio y el personal no pudo ser más amable hasta nos abrieron antes el desayuno porque íbamos a una carrera ciclista. Sin duda si vuelvo a Pamplona no dudaré en alojarme de nuevo. Y el desayuno completisimode dulce, salado, variedad de tortillas y huevos que los hacían al momento, zumo de naranja natural, de todo. Un 10