Hotel típico de tres estrellas, el personal muy bien en general excepto un señor mayor, "el jefe", cuyos modales, pues dejan que desear.
La habitación justita de tamaño pero agradable, con una terraza bastante grande.
Íbamos con media pensión, el desayuno bastante justo, solamente un tipo de queso, jamón york y pavo, cuatro tipos de cereales, dos tipos de mermelada, mantequilla y tres tipos de bollos, café de máquina, bastante justo pero suficiente.
La comida igual, un menú sencillo, eso sí, las patatas fritas, de lo peor que he probado en mi vida.
Cumple justito por lo que se paga, no sé puede pedir mucho más.
Le daría un 5 y medio o un seis sobre diez.