La ubicación está guay, cerca de Navarra y del país vasco francés. Total tranquilidad y parking disponible muy cómodo.
Me gustó especialmente la zona de la piscina y el bar para cenar al aire libre con música en directo y una comida muy rica y bien de precio.
Las habitaciones son algo antiguas con moqueta y olía algo fuerte. La almohada y cama no me resultó muy cómoda, pero para unos días aceptable.
El desayuno buffet estaba bien por 12€ aunque el café no era el mejor.
En recepción hay una chica que habla español muy simpática.