Las almohadas estaban manchadas, las sábanas sucias y súper usadas, por el preciso no valió el precio, mejor me quedaba en una cabaña. Fue un desencanto y robo de dinero. En especial llegamos y nos dieron el penúltimo piso el cual había que agachar la cabeza subiendo las escaleras. Me fascina ir a dominicana pero de verdad es una lástima el abusivo.