No sabíamos siquiera si podríamos entrar. Al llamar al teléfono indicado, se cortaba con un mensaje diciendo que solo trabajan de lunes a viernes. Al final tuve que buscar otro número en Google, y el hombre fue amable. Pero la habitación estaba terriblemente sucia, migas, cosas y pelusas por el suelo, cortina, sábanas, almohadas manchadas y llenos de polvo. Cuando entras te da una ola de calor porque están encendidos todos los radiadores... Tenedores y platos sucios... Aunque es barato para mi no ha valido la pena el disgusto. Y encima el colchón muy incómodo.