El personal del hotel muy amable, siempre atentos, aunque el precio de la noche de extensión no se respetó la oferta, aún que otros huéspedes llegaron y si les dieron precio de oferta. Un hotel pequeño, muy tranquilo, cómodo y familiar. Nos gustó mucho su cocina compartida, y la seguridad y privacidad del hotel. Le faltaba limpieza a las piletas pero días después llegó la persona que las limpió, aunque ya no las pudimos disfrutar. Los baños con suplementos para el aseo personal. Un poco desgastadas las toallas de baño, eso sí todo muy limpio. Las camas y almohadas muy cómodas, el AC funcionaba perfecto y tenía ventiladores de techo también. A unos pasos del Templo Principal, de la calle 59 a dos cuadras. Y dentro de la muralla y cerca de los Baluartes principales.